La Iglesia Copta Ortodoxa en México
Sacramentos

Sacramento de la Confesión

En el Sacramento de la Confesión, los pecadores obtienen la paz mediante la confesión de sus pecados. Jesucristo les dio a los sacerdotes la autoridad para perdonar los pecados en Su nombre.

Mateo 16:19
19 Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.

Mateo 18: 18
17 Si tampoco les hace caso a ellos, díselo a la comunidad; y si tampoco hace caso a la comunidad, entonces habrás de considerarlo como un pagano o como uno de esos que cobran impuestos para Roma. 18 »Les aseguro que lo que ustedes aten aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.

Juan 20: 22-23
22 Y sopló sobre ellos, y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar.

Santiago 5: 14-16
14 Si alguno está enfermo, que llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y en el nombre del Señor lo unjan con aceite. 15 Y cuando oren con fe, el enfermo sanará, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. 16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros para ser sanados. La oración fervorosa del justo tiene mucho poder.

La Confesión tiene diversos frutos espirituales.

1. El perdón de los pecados.

2. Borrar los pecados para que Dios no los recuerde más.

3. Liberarnos del pecado.

4. Obtener la salvación y la esperanza de la vida eterna.

5. Escapar del castigo por el pecado.

6. Estar en paz con Dios.

7. Recuperar la condición de hijos de Dios que perdimos con el pecado.

La Confesión, lejos de ser un sacramento del hombre para el hombre, demuestra nuestra fe en Cristo Rey como fuente de bondad.

Hechos 4:12
12 En ningún otro hay salvación, porque en todo el mundo Dios no nos ha dado otra persona por la cual podamos salvarnos.

Hechos 10:43
43 Todos los profetas habían hablado ya de Jesús, y habían dicho que quienes creen en él reciben por medio de él el perdón de los pecados.

Hebreos 7:25
25 Por eso puede salvar para siempre a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive para siempre, para rogar a Dios por ellos.

De hecho, en el Antiguo Testamento y en los Salmos existen numerosas referencias al arrepentimiento. Todas prefiguran el futuro Sacramento de la Confesión.

 

La Confesión en la práctica de la Iglesia

Este sacramento también proporciona la oportunidad de corregir nuestro camino en la vida.

Mateo 3: 7-8
7 Cuando él vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: « ¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? 8 Produzcan frutos dignos de arrepentimiento,

Juan 5: 14
14 Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: «Como puedes ver, has sido sanado; así que no peques más, para que no te sobrevenga algo peor.»

Juan 8: 11 Ella dijo: «Nadie, Señor.» Entonces Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y no peques más.»

Hechos 3: 19
19 Por lo tanto, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, para que sus pecados les sean perdonados

Apocalipsis 2:5
5 Por eso, recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio. Si no, iré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, a menos que te vuelvas a Dios.

Además, ha sido practicado en la Iglesia desde tiempos apostólicos para apoyar en el arrepentimiento y concientizar a la gente sobre la necesidad de rechazar el pecado.

Hechos 19:18
Muchos de los que habían creído venían y confesaban sus malas prácticas.

Salmo 51:17
17 Los sacrificios que tú quieres son el espíritu quebrantado; tú, Dios mío, no desprecias al corazón contrito y humillado.

Lucas 15: 18-19
18 Pero voy a levantarme, e iré con mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, 19 y no soy digno ya de ser llamado tu hijo; ¡hazme como a uno de tus jornaleros!’

Lucas 15: 18-13
13 Pero el cobrador de impuestos, desde lejos, no se atrevía siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “Dios mío, ten misericordia de mí, porque soy un pecador.

2 Cor. 7:10
10 La tristeza que proviene de Dios produce arrepentimiento para salvación, y de ésta no hay que arrepentirse, pero la tristeza que proviene del mundo produce muerte.

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