San Cirilo de Alejandría es uno de los Padres de la Iglesia. Se le conoce sobre todo por haber combatido la herejía de Nestorio, quien fungía como Patriarca Griego de Constantinopla.
Nestorio predicaba que “María no era Madre de Dios” sino solo la “madre de un hombre”, lo cual escandalizó al mundo cristiano de su tiempo.
San Cirilo refutó a Nestorio señalando que a María le llamamos Madre de Dios, no porque Ella haya creado a Dios (porque a Dios nadie lo ha creado), sino porque es Madre de uno que es Dios (Jesucristo)”.
Sin embargo, Nestorio siguió enseñando sus errores y estos fueron adoptados por muchas personas.
Fue por eso que 200 obispos cristianos se reunieron en el Concilio de Éfeso del año 431 para refutarlo.
Cuando el Concilio de Éfeso confirmó que María sí es Madre de Dios, San Cirilo de Alejandría exclamó:
“Te saludamos oh María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el universo, antorcha que jamás se apagará, templo que nunca será destruido, sitio de refugio para todos los desamparados, por quien ha venido al mundo el que es Bendito por los siglos. Por Ti la Trinidad ha recibido más gloria en la tierra; por Ti la cruz nos ha salvado; por Ti los cielos se estremecen de alegría y los demonios son puestos en fuga; el enemigo del alma es lanzado al abismo y nosotros débiles criaturas somos elevados al puesto de honor”.
Perseguido por el gobierno
Al salir los obispos, toda la feligresía estaba reunida alrededor de la iglesia para cantar alabanzas con antorchas encendidas, pasando de casa en casa llevando incienso.
Aún a pesar de haber sido condenado, Nestorio todavía tenía influencias en el gobierno y logró que encarcelaran a San Cirilo durante tres meses.
Si bien la herejía de Nestorio fue sepultada durante muchos siglos, las congregaciones protestantes de la actualidad la han resucitado oficialmente, pues no reconocen a la Virgen María como Madre de Dios.
En el mundo oriental, solo la pequeña Iglesia de los Asirios en Iraq adoptó la doctrina nestoriana. Sin embargo, a diferencia de los protestantes, la Iglesia Asiria del Oriente no ha perdido los sacramentos ni el sacerdocio. Celebran la misa y tienen mucho en común con el resto de las Iglesias Apostólicas.