Cuando los Apóstoles fundaron la Iglesia en diversas partes del mundo, la Misa ya tenía los elementos esenciales que Cristo ordenó.
Sin embargo, cada cultura envolvió estos elementos esenciales con formas y usos de su cultura, que además se relacionan con el enfoque teológico del Apóstol que fundó esa Iglesia.
Así como San Pedro y San Pablo fundaron la Iglesia de Roma, San Pedro la de Antioquía y San Andrés la Iglesia Griega, San Marcos fundó la Iglesia de Egipto en Alejandría. Es por eso que el Rito Copto también se llama “Rito Alejandrino”.
Si bien nuestra misa y celebraciones tiene sus propios cantos y formas externas propias, las oraciones y estructura de la misa son semejantes en todos los ritos cristianos. Esto incluye al romano, el griego, el siriaco o el armenio, entre otros.
Nuestra Iglesia utiliza tres versiones propias de la Santa Misa. La principal es la Liturgia de San Basilio (que se usa casi todo el año).
También está la de San Gregorio Nacianceno, que se usa en algunas fiestas (Navidad, Epifanía y Pascua). Y originalmente la de San Cirilo, que proviene de la tradición del Apóstol San Marcos pero en la actualidad de ocupa muy poco.